INTRODUCCIÓN:
A. La conocida historia de los padres de Jesús se narra en Mateo 1.18–25. No podemos más que imaginar la sorpresa que le causó el anuncio del inminente nacimiento de Jesús a José, la familia de María y en especial a María misma.
B. La narración resalta el hecho de que Jesús fue el cumplimiento de la profecía; el plan de Dios a lo largo de los siglos fue finalmente revelado. Destaca el hecho de que Jesús no fue un hombre común y corriente; Su concepción fue por vía del Espíritu Santo. Fue realmente Dios en la carne. El texto subraya la conducta justa de Sus padres terrenales; no hubo nada escandaloso acerca de la manera como Jesús entró a este mundo.
I. El dilema – La reacción de José — «se halló que había concebido» (1.18)
A. Mateo 1:18 “el nacimiento de Jesucristo fue así: estando desposada maría su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del espíritu santo.” La primera referencia establece el origen del linaje humano del Mesías, mientras que la referencia posterior proporciona una mirada más cercana a la venida de Jesucristo al mundo.
B. “…estando desposada maría, su madre con José.” El proceso de matrimonio estaba en la siguientes fases: 1- El compromiso (este era realizado por los padres). 2- El desposorio. Era lo que se llamaba la ratificación del compromiso. Y según las costumbre era muy vinculante y 3- El Matrimonio (cuando ya vivían juntos).
- El Desposorio el mundo judío antiguo, un compromiso era más vinculante que un compromiso occidental moderno (Deuteronomio 20.7; Véase Deuteronomio 22:23-24). A la pareja de novios se le consideraba esencialmente casados, pero no vivían juntos. En el caso de José y María, se les llamaba «marido» (Mateo 1.19) y «mujer» (Mateo 1.20).
- Si el prometido deseaba ponerle fin a la relación antes del matrimonio, tenía que poner en manos de la mujer una «carta de divorcio», del mismo modo que tendría que hacerlo en caso de que estuvieran casados (Deuteronomio 24.1–4; Marcos 10.4). Este certificado tenía que ser firmado por al menos dos testigos
- El período de noviazgo duraba de unos pocos meses a un año, después del cual el novio vendría, junto con el cortejo de bodas, a recibir a la novia y llevarla al lugar donde se casarían y formarían su hogar (vea Mateo 22.1–14; 25.1–13).
C. “…antes que se juntasen, se halló que había concebido del espíritu santo.” El evangelio de Lucas describe con detalle el anuncio del ángel a María y la estadía de ésta por tres meses con Elisabet (Lucas 1.26–56). Después de este tiempo, regresó a su casa y al parecer mostraba señales de embarazo.
- Puesto que José no había tenido relaciones sexuales con María, le pareció que ella había sido infiel. De acuerdo con la Ley, la infidelidad por parte de cualquiera de los dos era considerada adulterio, y la persona culpable podía ser lapidada hasta la muerte (Deuteronomio 22.23-24).
II. La bendición — el hijo había de ser el salvador (Mateo 1.19–21)
A. Mateo 1:19, Cuando José, el marido de María, se enteró de que estaba embarazada y sabía que él no era el padre del niño, se enfrentó a un dilema.
- Entonces, para José solo tenía dos opciones: 1- Divorciarse de María silenciosamente y 2- Permitir que ella fuese apedreada (Deuteronomio 22:23-24).
- (difamarla, LBLA), — «José no era precipitado ni impetuoso. Escogió ser pensativo y contemplativo… No era rencoroso. El odio, la mala voluntad, la venganza, la separación y el divorcio prácticamente desaparecerían si toda pareja aprendiera a ser justa y considerada en su relación el uno con el otro» Comentario al Nuevo Testamento por Wayne Partain
- “como era justo”, alguien que deseaba hacer la voluntad de Dios, pero no queriendo difamar a María ni hacer que la apedrearan, “quiso dejarla secretamente.” El verbo «dejar» en este contexto quiere decir «divorcio». Donald A. Hagner señaló que «José no deseaba exponer a María como una mujer adúltera, pero tampoco se casaría con alguien muy obviamente culpable de pecado». (Donald A. Hagner, Matthew 1—13 (Mateo 1—13), Word Biblical Commentary, vol. 33A (Dallas: Word Books, 1993)
- Se plantea la interrogante en cuanto a si la lapidación era incluso una opción para José. Robert H. Gundry señaló: «Cierta evidencia rabínica sugiere una flexibilización de la lapidación prescrita […]. Y en Mateo no se menciona a un varón infractor». (Robert H. Gundry, Matthew: A Commentary on His Literary and Theological Art (Mateo: Un comentario sobre su arte literario y teológico) (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1982), 21.)
- D. A. Carson explicó que durante el siglo primero, los romanos tenían «derechos exclusivos […] para imponer sentencias de muerte». Sin embargo, los romanos despojaron a los judíos de este poder tiempo después del nacimiento de Cristo.
B. Mateo 1:20. Después de que José hubo tomado su decisión, tuvo un sueño en el que un ángel del señor se le apareció diciéndole: «José, hijo de David, no temas recibir a maría tu mujer».
- Como resultado, cambió de opinión en cuanto a divorciarse silenciosamente de María.
- Pero, Dios le muestra una tercera opción en sueños que era “que José se casará con ella” porque Dios le mostró que esta opción y el ángel le dijo: “José, hijo de David, no temas a recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, de Espíritu Santo es.”
- Los sueños de José se entretejen a lo largo de la narrativa del nacimiento (Mateo 1.20; 2.12, 13, 19, 22). Robert H. Mounce dijo: «Se ha hecho notar que en ciertos aspectos José es un reflejo de su homónimo antiguotestamentario [José, hijo de Jacob], que también fue un hombre justo, influenciado por los sueños y obligado a viajar a Egipto». (Robert H. Mounce, Matthew (Mateo), New International Biblical Commentary (Peabody, Mass.: Hendrickson Publishers, 1991), 10.)
- Ben Witherington III comentó: “[Mateo] se centra en la reacción de José para con la intervención divina en la vida de María y, en particular, muestra cómo José es guiado repetidamente en sueños a hacer la voluntad de Dios. No es casual que, aparte de Jesús, José es el único al que se le llama «hijo de David» en estas narraciones. Se le ve como el típico patriarca que guía y protege a María y a Jesús según lo dirige Dios. (Ben Witherington III, “Birth of Jesus” («El nacimiento de Jesús»), en Dictionary of Jesus and the Gospels (Diccionario sobre Jesús y los evangelios), ed. Joel B. Green y Scot McKnight (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1992), 62)
- El título «hijo de David» refuerza el hecho de que José, quien se convirtió en el padre adoptivo de Jesús, era parte del linaje del rey David —un hecho ya expresado en la genealogía (Mateo 1.1, 6, 16).
- En el caso de la anunciación a María, el ángel que entrega el mensaje tenía por nombre Gabriel (Lucas 1.26). En el caso de José, no se le da ningún nombre al ángel. El ángel le informó a José que lo que en María es engendrado […] del espíritu santo es. La manera en que Mateo describe la concepción milagrosa es reservada y a la vez reverente (Mateo 1.18-20).
- El Espíritu Santo impregnó (de manera milagrosa) un óvulo en el vientre de María con una simiente santa para que el fruto de la unión fuera tanto humano como divino (Lucas 1.31–35). El bebé que se formó en el vientre de María era «el Verbo de Dios» vestido de carne humana (Juan 1.1, 14).
- Resumiendo el pensamiento rabínico, David Hill escribió: «Así como el Espíritu de Dios estuvo activo en la fundación del mundo, también se esperaba que el Espíritu estuviera activo en su renovación». (David Hill, The Gospel of Matthew (El evangelio de Ma-teo), The New Century Bible Commentary (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1972), 78.)
- Además, explicó: «Mateo sugiere que el poder y la actividad creadora de Dios (“Espíritu Santo”) está inaugurando la nueva creación mediante la concepción del redentor Mesiánico». (Ibíd. Vea Isaías 11.2; 42.1; Joel 2.28.)
- “– porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.” – Dios el Verbo fue hecho carne (Juan 1:14). La única manera de hacerlo sería por medio de su nacimiento de una virgen. De esa manera sería hombre (nacido de mujer) pero también Dios («del Espíritu Santo»). Era Dios y hombre. «Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo» (Hebreos 10:5). Comentario al Nuevo Testamento Wayne Partain
C. Mateo 1:21. El ángel le informó además a José que el niño en el vientre de María era un hijo cuyo nombre había de ser “Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” «Jesús» es la forma griega del nombre hebreo «Josué», que quiere decir «Jehová es salvación». Se escogió este nombre común judío (Hechos 13.6; Colosenses 4.11) porque designaba el propósito por el que el Hijo de Dios venía a este mundo, y el cual era «salvar a su pueblo de sus pecados» (vea Isaías 53.5, 6; Jeremías 31.31–34; Mateo 20.28; 26.26–28; Gálatas 4.4, 5; 1ª Timoteo 1.15).
- Mientras que el primer Josué llegó como un salvador militar, el segundo Josué (Jesús) vino como un Salvador espiritual.
- No vino con un propósito nacionalista, esto es, liberar a los judíos de la opresión romana, ni para establecer un reino físico en la tierra. En cambio, vino a redimir a la humanidad de la culpa y las consecuencias del pecado (vea Romanos 3.23, 24; 6.23).
- Leon Morris explicó que, en la declaración «él salvará a su pueblo de sus pecados», el pronombre personal «él» es enfático, queriendo decir «él y no otro». (Leon Morris, The Gospel according to Matthew (El evangelio según Mateo), Pillar Commentary (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1992), 29.)
- Si bien Jesús «a lo suyo vino» (la nación judía) primeramente, vino a salvar a toda la humanidad (Juan 3.16–21). Los judíos, en su mayor parte, le rechazaron (Juan 1.11), sin embargo, también los gentiles fueron acogidos en Su reino. «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (Juan 1.12).
III. la profecía—un nacimiento Virginal (Mateo 1.22, 23)
A. Mateo 1:22. Este versículo contiene la primera de muchas referencias que hacen hincapié en que Jesús cumplió las profecías del Antiguo Testamento (Mateo 1.22; 2.15, 17, 23; 4.14; 8.17; 12.17; 13.35; 21.4; 26.56; 27.9).
- En el Sermón del Monte, Jesús dijo: «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir» (Mateo 5.17).
- “todo esto” se relaciona con la milagrosa concepción y el nacimiento virginal de Cristo que se describe en esta sección (Mateo 1.18–25).
- Mateo declaró explícitamente que fue el señor quien habló por medio del profeta, mientras que en otras ocasiones únicamente se menciona al profeta y se asume la inspiración divina. El profeta anónimo en este caso es Isaías.
B. Mateo 1:23. La profecía que se cita es de Isaías 7.14: “he aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre emanuel.”
- Mateo siguió la Septuaginta, donde el término griego quiere decir «virgen», se sustituye con la palabra hebrea que en el Antiguo Testamento, quiere decir a menudo una «doncella» soltera o «virgen» (vea Génesis 24.43; Cantares 1.3; 6.8).
- Más allá de la traducción de Isaías 7.14, se tiene que plantear otra pregunta acerca de este versículo. ¿Se relaciona la profecía únicamente con el nacimiento virginal de Cristo o hay un cumplimiento doble? ¿Cómo habrían interpretado la profecía de Isaías sus lectores originales? ¿Cómo utilizó Mateo esta profecía?
- Aproximadamente en el año 735 a. C., la profecía fue dada al malvado rey Acaz por Isaías para asegurarle que Dios no permitiría que dos reyes, Rezín de Aram (Siria) y Peka de Israel (Isaías 7.1), destruyeran la línea real de David (Isaías 7.6).
- Dios les impediría a estos reyes paganos llevar a cabo su plan diabólico de establecer una dinastía de su elección sobre Su pueblo (vea Génesis 49.10; 2º Samuel 7.12, 13). En cumplimiento de Su promesa, el Señor le ofreció a Acaz una señal por medio del profeta Isaías:
- “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno. Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada”(Is 7.14–16, énfasis añadido).
- Para servir como señal para Acaz, el hijo del que inicialmente se habla en esta profecía tendría que haber nacido en un período relativamente breve de tiempo. Unos años más tarde, los asirios vinieron contra Israel (733 a. C.) y Aram (732 a. C.) y deportaron a muchos habitantes; Peka y Rezín fueron condenados a muerte (2º Reyes 15.29, 30; 16.9).
- Israel fue finalmente arrasada por los asirios en el año 722 a. C. El nacimiento de este hijo tuvo lugar antes de la llegada de los asirios contra Israel y Siria, tal como lo había prometido el Señor.
- La señal para Acaz fue que este anunciado nacimiento era simplemente una medida de tiempo. El tiempo necesario para que un niño naciera y alcanzara la edad en la que distingue el bien del mal sería el tiempo que pasaría antes de que los dos reyes en cuestión dejaran de existir.
- Acaz no entendería la parte del nacimiento virginal de la profecía; únicamente vería la parte de la señal que se refería al tiempo de la misma. Debido a la muerte de estos dos reyes, Isaías le advirtió a Acaz que no debía hacer alianza con Tiglat-pileser.
- Mateo dijo que esta profecía se cumplió en el nacimiento virginal de Jesús (Mateo 1.23). Su afirmación muestra la naturaleza dual de la profecía. Tenía una aplicación para ese día, para Acaz —en el alivio que venía de los asirios— y también tenía una aplicación para otro día —el nacimiento virginal de Cristo. La parte del nacimiento virginal de la profecía se cumpliría con el nacimiento de Jesús. Acaz no habría comprendido esta parte de la profecía, ni tampoco la hubiéramos entendido nosotros si Mateo no nos la hubiera aclarado.
- Mateo citó la profecía de Isaías 7.14 para demostrar que Jesús vino como el Mesías, el Hijo de David. Vino a cumplir, de una vez por todas, las promesas hechas a David acerca de su dinastía (2º Samuel 7.12, 13).
- Además, Jesús fue concebido milagrosamente y nació mientras María todavía era virgen. Dios ha usado únicamente un verdadero nacimiento virginal, el nacimiento de Jesús por medio de María.
- “El nacimiento de Jesús de una virgen es una de las doctrinas básicas de “la fe” (Judas 1:3). Los que creen en la Deidad de Cristo y en sus milagros no dudan de su nacimiento milagroso. ¿De qué otra manera podría el Verbo ser hecho carne? (Juan 1:14). El Cristo eterno había de nacer de una mujer (Génesis 3:15; Gálatas 4:4), pero no podía tener un padre humano, porque de ser así habría sido un mero hombre.” Comentario al Nuevo Testamento Wayne Partain
- El nombre «Emanuel», que traducido es: Dios con nosotros, se cumple plenamente en la encarnación de Jesús (vea Isaías 9.6, 7).
- En el Antiguo Testamento, se usó la expresión «Dios con nosotros» para describir la obra de Dios y su presencia en la vida de Su pueblo. En el Nuevo Testamento, se refiere a la misma presencia viva de Dios en medio de Su pueblo. El «Verbo» no únicamente estaba «con Dios», sino que también «era Dios» (Juan 1.1). «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros» (Juan 1.14). Mounce hizo la siguiente observación: «Conviene que el evangelio [de Mateo] termine con una promesa de “Emanuel”, esto es, “… he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28.20)».
IV. El período de espera— un tiempo de fe (Mateo 1.24, 25)
A. Mateo 1:24. Cuando José despertó de su sueño, estaba convencido de la veracidad de lo que le habían dicho y respondió inmediatamente a la orden del ángel de tomar a María como su mujer.
- José estuvo «dispuesto a renunciar a lo que se percibía a menudo como el más grande privilegio para un padre judío, esto es, engendrar a su primer hijo, con el fin de obedecer la voluntad de Dios». (Witherington, 62.)
- El texto implica que María quedó embarazada por el Espíritu Santo, poco después del anuncio, y que ella «en aquellos días» (Lucas 1.39) fue a visitar a Isabel. Su prima supo en ese momento que María estaba embarazada (Lucas 1.42, 43). María se quedó con Elisabet «como tres meses» (Lucas 1.56), lo que quiere decir que para cuando ella regresó a su casa, su embarazo comenzaría a mostrarse. En vista de que se sugiere que José la tomó como su mujer inmediatamente después de la visita del ángel a él en un sueño, otros pocos podrían haber conocido de su situación.
B. Mateo 1:25. “pero [José] no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito.” Esta declaración pone de relieve el hecho de que se trataba efectivamente de una concepción y nacimiento virginal.
- La Reina Valera se apega al texto griego que literalmente dice «no la conoció». El término griego que se traduce como «conocer», junto con el hebreo equivalente, son utilizados como eufemismos para las relaciones sexuales (vea Génesis 4.1, 17, 25; Lucas 1.34). Algunos manuscritos griegos tienen el adjetivo «primogénito» que modifica a «hijo», tal vez tomando prestado de Lucas 2.7, que dice: «Y dio a luz a su hijo primogénito…».
- “Pero no la conoció (sexualmente, Luc 1:34) hasta que dio a luz a su hijo primogénito;” — José la llevó a su propia casa, pero no tuvieron relación sexual hasta que ella dio a luz a su hijo. «Y aquel Verbo fue hecho carne» (Juan 1:14), pues «siendo en forma de Dios», y sin dejar de ser Dios, se despojó a sí mismo (se humilló), tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres (Filipenses 2:6, Filipenses 2:7). Cristo Jesús, el Hijo de Dios, llegó a ser también el Hijo del Hombre.” (Comentario al Nuevo Testamento por Wayne Partain)
- La doctrina de la Inmaculada Concepción es, a primera vista, engañosa. El término no se refiere a Jesucristo en absoluto, sino a María. La idea es que ella era divina y por lo tanto digna de adoración. La Biblia no enseña esta doctrina; de hecho, nos recalca su humanidad (Mateo 12.46–50; 13.55; Lucas 2.48–51; Juan 2.3, 4; 19.25–27).
- La Inmaculada Concepción se relaciona con otra doctrina que afirma la virginidad perpetua de María. Sin embargo, la declaración de Mateo quiere decir solamente que ella y José se abstuvieron de tener relaciones sexuales «hasta» (Mateo 1.25), o después, del nacimiento de Cristo, momento en que, según sugiere el texto, iniciaron las relaciones sexuales normales.
- Está claro que María tuvo otros hijos y es obvio que fueron concebidos con José de la forma habitual (Mateo 12.46; 13.55, 56).
- Al abstenerse de relaciones sexuales con María hasta después del nacimiento de Jesús, José mostró su fe en la verdad revelada en cuanto a que el hijo de María era el Hijo de Dios.
- José no únicamente recibió a María por esposa, sino que también le puso por nombre Jesús a su hijo, de acuerdo con las instrucciones del ángel (Mateo 1.21). Cuando así hizo, le dio a Jesús el estatus legal de ser «el hijo de José» (Mateo 1.16; 13.55; Juan 6.42). La designación del nombre tuvo lugar en el octavo día, cuando Jesús fue circuncidado (Lucas 2.21).
V. LECCIONES
A. Un bebé no deseado (Mateo 1.18–25). Los bebés no deseados no constituyen un fenómeno nuevo. Cuando Jesús nació, no fue deseado, excepto por Sus padres y tal vez algunos otros.
- Herodes el Grande no lo deseaba. Temía de que alguien tratara de usurpar su trono. Cuando este rey maníaco, conocido por sus arrebatos de ira y alborotos asesinos, se enteró del nacimiento de este bebé que nació para ser el «rey de los judíos», buscó darle muerte (Mateo 2.7–18).
- Cuando creció, muchos en la familia de Jesús lo rechazaronal comienzo de Su ministerio (Juan 7.5). Ninguno de Sus hermanos creyeron hasta después de Su resurrección (Hechos 1.14; 1ª Corintios 15.7).
- El establecimiento religioso judío no lo deseaba. Juan escribió: «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron» (Juan 1.11; vea Isaías 53.3–9).
B. El nacimiento virginal (Mateo 1.18–25). La milagrosa concepción y el nacimiento virginal de Jesús son pilares importantes de la fe cristiana. Tomemos nota de cinco observaciones importantes relacionadas con estos eventos. (Simplemente se les referirá como «el nacimiento virginal».)
- El nacimiento virginal fue un acto divino. La venida de Jesús al mundo fue el resultado de la gracia e iniciativa de Dios (Juan 3.16; Efesios 2.8–10). El hombre no podía hacer nada para salvarse a sí mismo. Fue un milagro de Dios llevado a cabo por el Espíritu Santo (Mateo 1.18, 20; Lucas 1.35), una respuesta divina a nuestra necesidad humana.
- El nacimiento virginal fue el cumplimiento de la profecía. La venida de Jesús al mundo fue el cumplimiento supremo de la profecía de Isaías: «He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros» (Mateo 1.23). Por medio de la venida de Cristo, Dios cumplió Sus promesas en cuanto a garantizar un descendiente de David en su trono (2º Samuel 7.12, 13; Hechos 2.29–36).
- El nacimiento virginal nos aclara la preexistencia de Jesús. El Nuevo Testamento enseña la preexistencia de Cristo. Juan 1.1 dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios». El hecho de que Jesús vino a este mundo de una manera milagrosa encaja con el hecho de que siempre ha existido.
- El nacimiento virginal explica cómo Jesús podía ser completamente Dios y completamente hombre. Juan 1.14 asevera que «… aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros». María (un ser humano) concibió milagrosamente un hijo por la intervención del Espíritu Santo (Dios), lo que explica el hecho de que Jesús era divino y humano a la vez (vea Filemón 1:6, 7). No únicamente es el «Hijo de David», sino también el «Hijo de Dios»; es «Emanuel», «Dios con nosotros».
- El nacimiento virginal se complementa con la resurrección y ascensión de Jesús al cielo. Así como Jesús vino a este mundo de manera milagrosa, también así lo dejó. Después de Su muerte, resucitó al tercer día —una poderosa hazaña que da testimonio de Su divinidad (Romanos 1.4). Después de cuarenta días de mostrarse a testigos, Jesús ascendió a los cielos, regresando al Padre (Lucas 24.51; Hechos 1.9–11).
- Negar el nacimiento virginal es negar la inspiración de las Escrituras y el testimonio de la iglesia primitiva. Haría de María una adúltera y de Jesús un hijo ilegítimo. Además, haría de Jesús un mentiroso e impostor. Rechazar el nacimiento virginal es rechazar la divinidad de Jesús y Su poder para salvar.
BIBLIOGRAFÍA:
- Comentario al Nuevo Testamento por Wayne Partain
- (Donald A. Hagner, Matthew 1—13 (Mateo 1—13), Word Biblical Commentary, vol. 33A (Dallas: Word Books, 1993)
- (Robert H. Gundry, Matthew: A Commentary on His Literary and Theological Art (Mateo: Un comentario sobre su arte literario y teológico) (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1982), 21.)
- (Robert H. Mounce, Matthew (Mateo), New International Biblical Commentary (Peabody, Mass.: Hendrickson Publishers, 1991), 10.)
- (Ben Witherington III, “Birth of Jesus” («El nacimiento de Jesús»), en Dictionary of Jesus and the Gospels (Diccionario sobre Jesús y los evangelios), ed. Joel B. Green y Scot McKnight (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1992), 62)
- (David Hill, The Gospel of Matthew (El evangelio de Ma-teo), The New Century Bible Commentary (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1972), 78.)
- (David Hill, The Gospel of Matthew (El evangelio de Ma-teo), The New Century Bible Commentary (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1972), 78.)
- (Ibíd. Vea Isaías 11.2; 42.1; Joel 2.28.)
- (Leon Morris, The Gospel according to Matthew (El evangelio según Mateo), Pillar Commentary (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1992), 29.)
- (Tomado de la lección SP_201304_04 de David Stewart)
- Autor: Sellers Crain ©Copyright 2013, por LA VERDAD PARA HOY SP_201304_04.pdf
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