DEBEMOS VIVIR UNA VIDA DE RECTITUD DELANTE DE DIOS, EN MEDIO DE NUESTRA LUCHA CONTRA EL PECADO Y LOS DESEOS CARNALES.
Si hemos creído y obedecido a Cristo, entonces él nos ha librado del pecado, pero si no combatimos a los deseos carnales como se debe, si no es tenaz nuestra lucha contra el pecado y los deseos carnales, entonces el pecado puede enseñorearse de nosotros nuevamente (Juan 8:34), y llevarnos a la muerte (Romanos 8:13).
No siempre podremos evitar caer el ser víctimas del pecado, pero confiamos en la misericordia de Dios, y sabemos que Dios nuestro buen Padre nos perdonará (1 Juan 1:9,10).
Dios quiere en nosotros un corazón limpio, considere (Mateo 5:8), sin embargo para que esto pueda ser posible, debemos primero dar a Él nuestro Corazón (Proverbios 23:6).
Si damos a Dios nuestro corazón, su palabra vendrá a morar en nosotros (Col 3:16), y al morar su palabra en nosotros, realmente seremos personas muy diferentes, siendo dirigidos por el consejo de Dios, y actuando y viviendo como siendo nosotros, Jesús.
El vivir una vida de rectitud en el temor de Dios, traerá para nosotros recompensa, “porque ciertamente hay un futuro, y tu esperanza no será cortada.” Pro 23:18 (LBLA).
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Por: Luis Alfredo Chee Amador
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